Es importante que se haya relanzado en el año 2002 el proceso de descentralización peruano considerándosele como una de las principales reformas del Estado.
El proceso de descentralización ha avanzado más rápidamente en el aspecto normativo que en la realización de avances significativos.
Dado que el proceso de descentralización es todavía reciente, no se pueden juzgar con mayor severidad las deficiencias detectadas en el desempeño de los Gobiernos Regionales Departamentales.
Hace falta que el Ejecutivo transfiera más rápidamente funciones del Gobierno Nacional al Gobierno Regional acompañándolas con la transferencia de recursos económicos y con un plan de desarrollo de capacidades en los trabajadores regionales.
La población tiene expectativas en el desarrollo regional pero todavía no percibe beneficios tangibles en el desempeño de los Gobiernos Regionales.
En las últimas elecciones regionales han sido elegidos liderazgos con amplio reconocimiento regional, quienes se pueden constituir en interlocutores de mayor peso y trascendencia frente al gobierno nacional, siendo necesario la realización de una gestión eficiente, transparente y participativa como punto de partida para impulsar procesos de cambio en nuestro sistema político.
Se presenta un modelo general de organización de las Regiones que se constituyan en función de los Gobiernos Regionales actualmente existentes.